Ya no recuerdo si fue a finales de 2010 o principios de 2011 cuando tuvimos noticia de que Mark Burgess resucitaba a los Chameleons y venía a Madrid. Pensábamos que aquella ocasión sería única para los que nunca pudimos ver a los originales, pero no, han sido cinco años en los que no han parado de girar alrededor del mundo, manteniendo viva la llama de la banda, y recogiendo del público el cariño y la admiración que inseminaron en los ochenta, recuerdo que la gente no ha perdido. Desde entonces, cuatro veces hemos podido ver a lo que se ha dado en llamar Chameleons Vox, y la del sábado en la sala Arena, fue la despedida de Madrid.
Ciertamente, la cita del año pasado recordando íntegro el Script of the Bridge, su disco de debut, parecía momento idóneo para un punto y aparte, al menos generaba expectativas de que Chameleons Vox abriesen una nueva senda al haber grabado un ep con material nuevo. Para este año, corrió el rumor de que iban a homenajear esta vez a su segundo trabajo, What Does Anything Means, Basically?, que está cumpliendo 30 años en este 2015, y sin embargo la gira tenía un nombre muy claro: We Are All Chameleons Farewell Tour. Casi como un reloj, casi en la misma fecha, en el mismo periodo festivo capitalino, justo un año después, Mark Burgess y sus reclutados para este proyecto: Neil Dwerryhouse, Chris Oliver, e Yves Altana, volvían para decir adiós.
Giovanni Pandone. Foto: Nebelang.
Fueron precedidos de October People. Alguien en los últimos tiempos está teniendo la buena mano y el cuidado de conseguir meter en estos eventos a bandas emergentes que lo merecen y son acordes al plato principal, porque algún experimento con gaseosa nos hemos tragado. Este cuarteto, que está en su gran momento -al menos conocido, y ojalá vaya a más-, planteó un concierto directo, sacando sus ganchos más concretos y aprovechar mejor el tiempo que disponían. Aunque rescataron temas de su primer disco, como Voices o ese Once Again portador de un riff introductorio único, se centraron el la potencia de canciones de Love Is Colder Than Death como Not the One, Between Frames, Our Darkest Time o Leave Your World Behind para subir la intensidad. Aunque siguen enchufados en las tablas, teniendo claro qué teclas hay que tocar, los límites paradójicos de un escenario grande no producen el efecto de una sala pequeña, y fue imposible reproducir la fantástica actuación que nos dieron hace unos meses, y aún con todo, lograron recoger una muy digna cosecha de vítores y aplausos de un personal que ya les va conociendo y apreciando.
Turno para Chameleons Vox. Lo dicho, cuatro veces en cinco años hacían correr el riesgo de producir un efecto saturador. De hecho alguno acudíamos pensando en “otra vez más”, y con resquicios de dar por sentado que rememorar emociones cercanas sería difícil. Ya les habíamos escuchado tocar casi todo, y el ansia de haber visto en directo esas canciones que, por edad, no pudimos disfrutar en su día, estaba saciada. Pero amigos, cuando se ama la música de los Chameleons, y se te planta Mark Burgess delante, con esos kilos que ha ganado, y las hipnóticas y serpenteantes líneas de guitarras y bajo comienzan a culebrear, y llegan los momentos álgidos de tus canciones favoritas, algo hace click en el cerebro y acabas entregado como si fuera la primera vez. La primera fila, poco a poco, acabó convertida en un reducto de fans cuarento-cincuentones dándolo todo, saltando y coreando los temas con mayor ímpetu según se aproximaba el final.
Foto: Nebelang
Por supuesto, de concierto de disco único, nada de nada. Un nuevo repaso a los brillantes momentos que jalonan la historia de los Chameleons, empezando por Swamp Thing y acabando por Don’t Fall. En el camino Perfume Garden comenzó a levantar los ánimos antes de una gran Monkeyland, tras la cual, tema a tema, mejor o peor seleccionado, el calor de la gente se hacía poco a poco cada vez más evidente, y al ritmo impuesto por In Answer nos metimos en un Soul in Isolation enorme, para el recuerdo, en medio de la cual, las habituales morcillas de Burgess se materializaron en parafrasear el All the Lonely People de los Beatles. Singing Rule Britannia, con otra morcilla -estribillo del Transmission de Joy Division-, puso el punto final con cierta preocupación, ya que el bueno de Burgess hacía rato que mostraba gestos de dolor en su mano izquierda.
Afortunadamente la cosa no acabó ahí, y menos mal, porque nos hubiésemos perdido un tremendo arranque de bises con un Second Skin especial, de una emotividad y potencia enorme en sus subidas, en el que se creó una conexión especial cuando Burgess comenzó a mirar a los ojos a aquel que veía cantar con él esa estrofa eterna, y maravillosamente bella, que surge a los tres minutos y pico de canción para convertirse en el estribillo y letanía repetida hasta el final. Dos clásicos más, Return of the Roughnecks y Up The Down Escalator nos dejaron a orillas de Don’t Fall, celebradísima y esperadísima, como siempre, y redondo punto final a otra noche de entrega entre Mark Burgess, sus fans, sus músicos reclutados, y las eternas canciones de los Chameleons.
Foto: Nebelang
Ni la menor idea de qué pasará ahora, si volveremos a verlos alguna vez, o si habrá sido el punto final. Creo que sustituir, reemplazar, o imitar a una banda tan peculiar y genuina como los Chameleons originales es una tarea complicada. Dicen por ahí que imposible. Pero con este experimento, Chameleons Vox, su líder ha conseguido que, al menos, muchos hayamos tenido oportunidades que el tiempo nos negó, otros han recordado aquello que vieron siendo unos críos con caras inolvidables, y con eso nos quedamos. Cinco años que hemos agradecido en los fosos, plasmando como público que no hemos olvidado. Burgess nos lo ha agradecido insistiendo, alargando la experiencia, girando sin descanso, y así abandonó anoche el escenario, saludando a la gente en persona, conversando con ellos, firmando discos. ¿Adiós? Nunca se sabe, pero si lo es, diremos que estuvimos ahí.
Setlist: Swamp Thing, A Person Isn’t Safe Anywhere These Days, Here Today, One Flesh, Perfume Garden, Monkey Land, Caution, Tears, In Answer, Soul in Isolation, Singing Rule Britannia, Second Skin, Return of the Roughnecks, Up the Down Escalator, Don’t Fall.
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